¿Te da tristeza dejar ir a aquellos que pensaste que siempre estarían?

Las personas entran en tu vida, por una razón, por una estación o por una vida entera. Cuando percibas cuál es la misión de ellos contigo, vas a saber qué hacer cuando un día se despidan…y dejarlos ir sin dolor.

Cuando alguien está en tu vida por una razón, han llegado quizás con el propósito de ayudar con alguna dificultad proporcionando apoyo, orientación, ayuda emocional o espiritual, o simplemente sucede lo contrario, llegan ávidos de algo que tú puedes proporcionarles y cuando ese ciclo termina, cada quien sigue su propio camino.

¡Podrán hasta parecer un regalo de Dios, y de verdad lo son!…

Un día cualquiera esa persona dirá o hará alguna cosa para que la relación llegue a su fin… Algunas veces, esas personas mueren, otras, simplemente se van sin decir adiós. Debemos entender es que nuestras necesidades han sido atendidas, nuestros deseos cumplidos y el trabajo de ellos fue hecho.

Ahora es tiempo de marcharse. De no mirar atrás… O te marchas tú, o se marcha ella…

¿Por qué sigues aferrado a la estación que ya cumplió su ciclo?

Puedes llorar si quieres, pero eso no soluciona nada… puedes desmayar, patalear y el otro no volverá porque eso pase…

Aprende a reconocer el tiempo y sus estaciones. Pasó la de esa persona, su verano llego o tal vez el invierno los marchitó… En fin, la vida sigue ofreciéndote nuevas y frescas estaciones, con colores renovados.

¡Ábrete a ello!

Cuando las personas entran en nuestras vidas por una estación es porque les su hora de repartir, crecer y aprender. Ellas te traen paz, o te hacen reír como nadie. Ellas te podrán enseñar algo que nunca has hecho. Ellas, generalmente dan una enorme cantidad de placer. Ellas son ese amigo o amiga entrañable que llena tus espacios y colma tu alma.

Pero solo por una estación… ¿Por qué te empeñas en atrapar a una mariposa en vuelo?

Relaciones de una vida entera de pronto se esfuman sin dejar rastro ni pista. Nos quedamos con grandes enseñanzas, lecciones para toda la vida. ¡Qué lindo! Hemos aprendido la lección.

Nos dejaron con cosas que debemos construir para tener una formación emocional sólida. Nuestra tarea es aceptar la lección. Ama a la persona y pon en práctica lo que has aprendido en todas las otras relaciones y áreas de tu vida. Se dice que el amor es ciego, pero la amistad es clarividente.

Ahora yo te digo: ¡gracias por ser parte de mi vida!

Tal vez acabas de entrar por mi puerta, tal vez estás de salida o quizás solo seas un ave de paso. Tal vez te quedes para toda una vida… igual, ¡bienvenido, adiós y gracias!

Si la paz aun no ha llegado con la partida de esa persona especial, escucha Palabras de Paz y Fortaleza hasta que recobres tus fuerzas internas. La palabra, acompañada por un bello piano y sonidos de mar, te confortará y aliviará mientras pasa tu estación.

SUÉLTALO… DÉJALO IR…

Y usa la palanca de ayuda del CD Palabras de Paz y Fortaleza

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