Cuando pasa un huracán, generalmente arrasa con todo!
Si has pasado por uno, sabes perfectamente de lo que te hablo. Si no, te felicito. Te has perdido de una de las sensaciones mas devastadoras que un ser humano puede experimentar.
Nueva Orleans fue mi casa por muchos años. Crecí, estudie y viví allí muchos años de con gran alegría, éxito y al lado de mi madre que nos llevo a mi y a mi hija a ese encantador lugar.
Existe una avenida, la Avenida St. Charles donde pasa el tranvía y donde las grandes mansiones han logrado permanecer durante décadas. Adornada por robles inmensos que llevan años morando allí, con raíces profundas y señorío. Los robles engalanan la avenida, de lado a lado y se juntan para abrazarse, cubriendo con una sombra de paz el transitar diario de sus habitantes.
El paseo en tranvía es uno de los mas populares para turistas y residentes locales que lo usan como medio de transporte entre la zona residencial y el centro de la ciudad donde esta la calle canal. Después de múltiples paradas, enseguida te bajas en la última que es la de canal y a un paso esta el famoso Barrio Frances donde sucede la gran mayoría de la algarabía del “Big Easy” como le dicen.
Y volviendo al huracán, obviamente me toco vivir Katrina que arrasó con todo en el 2005. Sendos árboles de magnolia, pinos de 120 pies de altura, árboles gigantes y hasta impresionantes robles en el piso! No pudieron soportar la fuerza de los vientos huracanados.
… pero hubo un árbol que no pudo ser derribado. La maravillosa y majestuosa palmera.
Cuando construí mi casa quise sembrar muchas de ellas en mi jardín y las trajimos desde Florida sembrándolas adelante y atrás de casa para mi gran deleite y felicidad.
Las palmeras me recordaban a mi tierra y quería oír sus susurros de tarde especialmente en esas épocas decembrinas donde los vientos y los días suelen ser brillantes.
Esas palmeras flaquitas, largas y altas aguantaron lo que no pudo el mas enorme roble. Esta diseñada para doblarse hasta que su parte mas alta topa con el piso, sin quebrarse. Imagínate que tienen el poder para doblarse hasta por cinco horas sin romperse. Son tan flexibles que saltan después de un gran huracán o tormenta saltan de nuevo a su forma original.
La bendita palmera tampoco suda en momentos de tormentas. Solo las enfrentan, se dejan llevar con flexibilidad y luego vuelven a su estilo real, erguidas y frondosas. ¡Tienen la particularidad de crecer mas después de ser zarandeadas por una tormenta!
Llegamos a casa después de varias semanas que nos tuvieron fuera del estado por el agua que había quedado estancada a raíz de los diques rotos… ¡mis palmeras estaban mejor que nunca!
Firmes, mas altas y tranquilas como si no hubiera sucedido nada.
¿Y por qué te cuento esto? Porque así es la vida.
Pasamos momentos difíciles donde nuestra fe es probada. Donde circunstancias nos llevan de un lado para otro, quebrándonos el espíritu, rompiendo nuestra fortaleza, llevándonos a pensar que nuestro fin ha llegado.
Te llegó un reporte terrible del medico, tu esposo te dice que se va, tu hija esta rebelde y no por muy buenos caminos, en tu trabajo te dicen que cortarán tus horas y quizá te dejen ir, tu empresa fue robada por manos inescrupulosas…y hasta en otras oportunidades piensas que tus sueños ya se murieron y tendrás que enterrarlos para siempre.
Se acabó la vida. Se terminaron tus oportunidades. Te sientes que el fin ha llegado.
Que pena, no aguanto mas… aquí tengo que pegarte un gritito,
… “¡NO, NO, NO, NO!”
Como Crecer Ante La Adversidad
Todos enfrentamos dificultades. A todos nos llegan esos días malos. Cuando te sientas acabado, levántate.
La lastima, el sentirnos victimas no produce nada bueno.
Hay una frase en las escrituras que dice “los rectos florecerán como la palmera.”
Levanta ese animo y retorna como las palmeras.
Se flexible y dóblate ante la adversidad pero no te dejes quebrar.
Recuerda que Dios te creo para triunfar. Para cumplir su propósito divino. ¿Entonces como puedes decir que ya no puedes seguir mas?
Fíjate, mi nombre ahora es Elsie Perseverancia Méndez. ¿Por qué? Porque aprendí que puedo ser fuerte en Dios. Que mi fe me lleva de victoria en victoria y aunque la cosa este color de hormiga, yo seguiré fuerte, alta, erguida como la bella palmera.
Si estas en una tormenta hoy, si los vientos arrecian y no sientes que puedes aguantar. Yo desde acá te grito….
“AGUANTAAAA, espera, un poco mas …”
Resiste que todo pasará. Y de nuevo la calma reinara.
Escoge hoy hablar palabras de bien sobre tu vida. Los tiempos difíciles no son para siempre. Retorna como la palmera. Levántate y sigue tu camino, resplandece que,
… días felices vienen para ti.
Muchas gracias. Me alegró el corazón leer esto 🙂
Gracias porque necesitaba
estas palabra a de animo hoy
No hay duda, que lo que pasamos
Como creyentes Es para ayudar
a otros.
Querida Elsie…
Apenas ayer te conocí por medio de una publicación de un contacto mío en face. Me encantaste desde el principio. Este testimonio de vida me ha llegado al corazón. Muy motivador a pesar de lo que encierra. Gracias por compartir tus pruebas de vida y así hacernos conocer que todos tenemos nuestras grandes pruebas. Te admiro mucho y que Dios siga bendiciendo tu vida para que nos compartas tus conocimientos.
Un abrazo con mucho cariño desde México.
Gracias gracias gracias me llego justo a tiempo tu consejo he aprendido mucho de ti, un abrazo
gracias elsie…realmente tocaste mi caso…estoy atravesando por esa situación…pero debo superar tal como dices…levantarme y continuar…bendiciones para ti..